¿Qué se desarrolla cuando los niños trabajan en materiales de Vida Práctica?
Involucrar a los niños en las tareas del día a día desde una edad temprana los prepara para el éxito en el futuro. A estas actividades les vamos a llamar Vida Práctica. Marty Rossmann, profesora emérita de la Universidad de Minnesota, señala que tareas simples—como sacar la basura o hacer la cama—desarrollan responsabilidad, autonomía y autoestima en los niños para toda la vida. Mientras más pronto participen en las tareas del hogar, mayores serán los beneficios al ser adultos, tanto académicos como personales y profesionales.
¿Y cómo hacemos la asociación de dicho estudio con los ambientes Montessori y el área de vida práctica?
En Montessori, nos enfocamos en VIDA PRÁCTICA, introducida desde que los niños ingresan al ambiente, ya sea Nido, Comunidad Infantil o Casa de Niños. Estas actividades se presentan en materiales que permiten a los niños desarrollar habilidades esenciales para la vida diaria. Tareas como verter agua, limpiar, barrer, aprender a vestirse solos, por ejemplo, ayuda a fomentar la independencia, la coordinación, la concentración, la adaptación a su comunidad y capacidad de resolver. Cuando tenemos el ambiente preparado, como lo es en Montessori, los niños adquieren confianza en sí mismos y aprenden a cuidarse de sí, de su ambiente y de los demás que conviven día a día.
¿De cuáles habilidades estamos hablando?
Desarrolla la coordinación y habilidades motoras: actividades como limpiar una mesa, cuidar de una planta les enseña a manipular y verter objetos, usar instrumentos para su edad, que les ayuda a mejorar la coordinación viso-motriz basado en su edad. Lo que hace que sea esencial para su desarrollo.
Fomenta la independencia: Cuando logran aprender a hacer una actividad por sí solos, saben que no necesitan el apoyo de un adulto porque es algo que lo logran de manera independiente. Aprender a hacer las actividades desde cero, entender la secuencia de pasos y cómo cuidar de sí mismo, les permite a los niños realizar tareas que ayudan a su funcionamiento en el tiempo y espacio así como a los demás que están en su ambiente.
Autodisciplina y orden: Las tareas de vida práctica enseñan a los niños a la importancia del orden y la secuencia lógica de pasos para el éxito de la actividad. Asumen también la responsabilidad de mantener los materiales y el ambiente ordenado para los demás.
Promueven la concentración: Las actividades de vida práctica requieren enfoque y atención al detalle. Ambas cosas se pueden empezar a construirdesde temprana edad. Conforme van haciendo actividades más largas, adquieren periodos de concentración mas extensos también.
Confianza en sí mismos y sentido de pertenencia: Cuando los niños participan en actividades de vida práctica se adaptan a su comunidad, se sienten competentes y valorados en su ambiente. Esto aumenta su autoestima y le da sentido de pertenencia.
Así que…
Cuando logramos encontrar una escuela Montessori que responde a todas las necesidades de los niños y adicionalmente estamos creando experiencias de vida práctica en los hogares que ayudan a desarrollar las habilidades necesarias en ellos también, ¡estamos encaminándolos hacia el éxito!
Escrito por: Caro Guardia
Para leer el artículo completo de la Universidad de Minnesota, hagan clic aquí.
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